Tu aliento estuvo en mis manos y en mi boca,
como una fiesta del más exquisito linaje,
paladeando tuquerer infinito hasta la gloria,
disfrutando feliz tu cadencia y tus placeres.
Así se escribe la historia de esas extrañas cosas,
entreverada nuestra respiración, mi Sissi,
suspirando a la más hermosa profundidad
la realeza de tus herencias, maya y española.
Busquemos el futuro, entre más lejano mejor
para viajar juntos uno junto al otro, a la par,
con la precisa pauta de las añoradas cosas.
Juntemos nuestras medidas en la intimidad,
tú prestando tu hermosura ante mis ojos, y yo,
pintando a plenitud el brillo de tu bella mirada.
Toñito Huerta (San Francisco, CA., Febrero 14, 2012.)
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